Estoy contenta, contenta, tranquila y sobre todo agradecida.

Bueno, la etapa 20 ha sido la contrarreloj de mi vida. No estoy seguro de si resultó como lo había imaginado, pero resultó como quería. Sufrí mucho durante esta contrarreloj, pero conté con el apoyo de la mitad de España, o más bien de toda España, y de todas las personas que me aman y siempre se han preocupado por mí.

Creo que todo este apoyo, junto con mi entusiasmo por luchar y hacer realidad mi sueño, me ha ayudado a mantener mi camiseta amarilla con un margen suficiente antes de la etapa final en París en los Campos Elíseos.

Estoy contento, contento, tranquilo y sobre todo agradecido a mi equipo por su trabajo durante todo el Tour de Francia y a todos aquellos que me han estimulado con sus mensajes de apoyo y entusiasmo.
Esta camiseta pertenece a todo el equipo y a todos aquellos que han luchado codo con codo para que esto suceda.

Hoy ha sido mi segundo día en amarillo en el Tour de Francia de este año.
También ha sido una etapa muy rápida. Fue la última oportunidad para muchos equipos de asegurar una victoria en el Tour de este año, lo que significa que el comienzo de esta etapa fue dramático mientras que el final fue rápido y tenso.

En esta parte final, dos corredores se separaron y obtuvieron una pequeña ventaja que les permitió luchar en la carrera por la victoria.

A nivel personal, no tuve ningún problema. Sentí el apoyo de mis compañeros de equipo durante toda la etapa y mañana llegaremos al punto más decisivo del Tour de Francia de este año.

Hasta ahora, el equipo ha estado detrás de mí, ayudándome al mil por ciento, pero mañana depende de mí. Me siento preparado para asumir la responsabilidad y participar en la carrera con las garantías de los últimos días.

Esta es la primera vez que uso el maillot amarillo del Tour de Francia y ha sido una experiencia realmente especial. Sobre todo, la gente ha estado discutiendo y recordando la etapa de ayer.

Ha sido un día realmente especial para mí … En términos de la etapa de hoy, el comienzo se aceleró rápidamente antes de la escapada, y luego pudimos viajar con un poco más de tranquilidad.

El equipo ha controlado toda la carrera, así que hoy disfruté vistiendo el maillot amarillo y me sentí realmente bien. Estoy bastante recuperado de ayer y ya estoy pensando en la etapa de mañana y qué tan cerca estamos ahora de París.

Empecé a montar en bicicleta a los ocho años, como consecuencia de la formación de la Escuela de ciclismo de El Barraco (Ávila). Ese año (1982) Ángel Arroyo, hijo de esta localidad, había ganado la Vuelta a España.